HILDA TABA
(1902-1967)
Hilda Taba nació el 7 de diciembre de 1902 en Kooraste, una aldea del actual condado de
Põlva, en el sureste de Estonia. Era la mayor de los nueve hijos de Robert Taba, un maestro.
Hilda fue primero a la escuela donde trabajaba su padre y luego a la de la parroquia local.
En 1921, tras diplomarse en el colegio de niñas de Võru, decidió convertirse en maestra
de escuela. En otoño del mismo año, Hilda aprobó el examen final y se graduó como maestra
de primaria en el seminario didáctico de Tartu. No obstante, en lugar de empezar a trabajar en
una escuela primaria, se matriculó en economía en la Universidad de Tartu. Sin embargo, la
economía no le atraía mucho y el año siguiente presentó su candidatura para ingresar a la
Facultad de Filosofía, donde se especializó en historia y educación. Como el sueldo de
maestro de escuela de su padre no le permitía mantener una familia numerosa y financiar al
mismo tiempo los estudios de Hilda, su principal actividad y fuente de ingresos eran las clases
particulares, que daba después de la universidad a jóvenes estudiantes. En su tesis doctoral,
una dedicatoria dirigida a Maria Raudsepp, alumna a la que dio clases durante sus estudios
universitarios en Tartu, recuerda este aspecto de la biografía de Taba.
Tras graduarse en la Universidad de Tartu en 1926, tuvo la oportunidad de cursar sus
estudios de posgrado en los Estados Unidos, gracias a una beca concedida por la Fundación
Rockefeller. El excelente conocimiento de los temas educativos que había adquirido en la
Universidad de Tartu le permitió terminar en un año su maestría en el Bryn Mawr College.
Durante sus estudios en dicha institución, empezó a visitar escuelas de educación activa y se
interesó en el funcionamiento del Plan Dalton (Klarin, 1989). Mientras estudiaba la literatura
educativa norteamericana, descubrió Fundamentals of education (1921), de Boyd H. Bode
(1873-1953), autor y pedagogo estadounidense muy conocido en aquella época. El enfoque de
Bode entusiasmó a Taba, quien se fue interesando cada vez más en la filosofía de la educación
activa. Lo que le gustaba de ese enfoque educativo era sobre todo su carácter flexible,
innovador y centrado en el niño.
En 1927 presentó la candidatura para un doctorado en filosofía educativa en la
Universidad de Columbia. En los cinco años universitarios que siguieron, conoció a
numerosos científicos norteamericanos de renombre mundial, entre ellos al psicólogo E.L.
Thorndike (1874-1949), al pedagogo e historiador P. Monroe (1869-1947), al sociólogo G.C.
Gounts, y a C. Washburne (1889-1968), fundador del Plan Winnetka. No obstante, la persona
que mayor influencia ejerció en las teorías educativas de Hilda Taba fue John Dewey (1859-
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1952), filósofo y pedagogo mundialmente famoso, uno de los iniciadores del movimiento de
educación activa, a cuyas conferencias asistió y cuyos escritos estudió en detalle (Isham, 1982;
Taba, 1932, pág. vii). El tutor más importante de su labor doctoral fue William H. Kilpatrick
(1871-1965), uno de los colegas de John Dewey, conocido en la historia de la educación
como el creador del método de proyecto. Kilpatrick concluyó el prólogo de la tesis de Taba
con las siguientes palabras: “muy difícil de complacer y muy entendido ha de ser el lector que
no termine este libro con un sentimiento de profundo agradecimiento por la gran competencia
de la autora” (Kilpatrick, 1932). Esta apreciación del trabajo de Hilda Taba era pertinente y
fue confirmada unos cincuenta años más tarde con la reimpresión de la monografía por
Telegraph Books en 1980.
En 1931, una vez terminada su tesis doctoral, Hilda regresó a Estonia con la intención
de presentar su candidatura para la cátedra que la muerte prematura de Peeter Põld, su antiguo
profesor de pedagogía en la Universidad de Tartu, había dejado vacante. Para su gran
desilusión, Taba no fue seleccionada. Aunque consiguió un empleo en una facultad de
economía en Estonia, poco después decidió volver a los Estados Unidos.
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